En nuestra vida diaria, nos encontramos con situaciones que albergan paradojas o cuyo análisis nos conduce a reflexiones más o menos filosóficas. En ocasiones, estas situaciones se han formulado en forma de “leyes sociales” que, de forma humorística unas veces, y con impacto en las ciencias sociales o la investigación otras, tratan de explicar estos fenómenos, aunque siempre con una buena dosis de ironía.
Quién no conoce la paradoja de la tostada y la mantequilla, o la ley de Murphy (que ha generado libros enteros de corolarios y pensamientos ingeniosos). Pero no todos los fenómenos responden a la ley de Murphy. Aquí os dejamos algunas de las más famosas.
Ley de Murphy es una forma cómica de explicar los infortunios: “Lo que pueda salir mal, saldrá mal«, en realidad es la Ley de Finagle de los Negativos Dinámicos.
Hace unos años, un estudio científico demostró que, realmente, el que la tostada caiga hacia abajo depende de la altura de la mesa. (Matthews, Robert. Tumbling toast, Murphy’s Law and the fundamental constants. En: European Journal of Physics. Vol. 16, Nr. 4, 18 de julio de 1995, p. 172–176).
El principio (o la navaja) de Hanlon dice: «Nunca le atribuyas a la maldad lo que puede ser explicado por la estupidez». Es decir, las cosas no suelen hacerse a mala fe, por muy desastrosos que sean los resultados.
La Navaja de Ockham, principio de economía o principio de parsimonia (lex parsimonia), es un principio metodológico y filosófico atribuido a Guillermo de Ockham (1280–1349), según el cual cuando dos teorías en igualdad de condiciones tienen las mismas consecuencias, la teoría más simple tiene más probabilidades de ser correcta. Dicho de otro modo, la explicación mas sencilla suele ser la correcta
La Ley de Sturgeon deriva de una cita del escritor de ciencia-ficción Theodore Sturgeon: «Nothing is always absolutely so», lo que traducido de forma libre nos dice que nunca algo es completamente blanco o negro.
El Principio de Pareto se ha aplicado a la política y la Economía. Trata de describir como los bienes naturales y la riqueza mundial se distribuyen e forma desigual. Mostró cómo en una población, el 20% dispone del 80% del poder político y económico, mientras el 80% restante solo dispone del 20% de la riqueza. Este principio se ha aplicado a la accesibilidad a los servicios: sólo el 20% de la población consume el 80% de los recursos.
En sanidad, algunos aplican el principio de Pareto a la hiperfrecuentación de las consultas en la sanidad pública (ese 20% consume el 80% del tiempo disponible). También estaría relacionado con la ley de los cuidados inversos.
Ley de los cuidados inversos, enunciada en 1971 por J.T. Hart de la siguiente manera: La ley «La disponibilidad de una buena atención médica tiende a variar inversamente a la necesidad de la población asistida. Esto … se cumple más intensamente donde la atención médica está más expuesta a las fuerzas del mercado, y menos donde la exposición esté reducida».
La Ley de Hofstadter, formulada por Douglas Hofstadter establece de forma humorística que “una tarea siempre lleva más tiempo del esperado, incluso si tienes en cuenta la Ley de Hofstadter”
El Efecto Hawthorne es un sesgo intrínseco a los estudios experimentales con sujetos (por ejemplo, los ensayos clínicos) que se produce por un cambio en la conducta de éstos por el hecho de saber que se participa en un estudio.
La Ley del 1-9-90 (o viceversa) establece que en una tarea colaborativa, un 1% lleva el peso de la acción, un 9% contribuye y el 90% restante observa. Esto es completamente aplicable a las comunidades online, y ocurre con independencia de su temática y tamaño. En el año 2006 un interesante informe de Jakob Nielsen se hacía eco de este fenómeno. De modo que no os asustéis si ponéis en marcha alguna iniciativa en Internet y el 90% de entradas corren a cargo del 1% de los usuarios. No es que lo estéis haciendo rematadamente mal. Son las leyes universales de la participación.
Y por último, uno que me encanta. El Principio de Peter o Principio de la máxima incompetencia. Acuñado por Laurence J. Peter, dice lo siguiente: “En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”. Quiere decir que en una organización, si alguien es altamente eficaz en su puesto recibe una promoción tras otra hasta que su nuevo puesto exige más que lo que puede dar, y a partir de entonces permanece en ese cargo para siempre. Esto ocurre en organizaciones altamente jerarquizadas, y dicha jerarquía se basa en cargos y no en competencias. De este modo, adquirir nuevas competencias o “ascender” actúa como gratificación. Así, el proceso contrario supone “descender” y se trataría de un castigo, por lo que no suele producirse.
Como vemos, hay leyes para todos los gustos. La mayoría de ellas son aplicables en Sanidad y seguro que te sientes identificado con alguna. Nos encantará que nos lo cuentes!.